Mejorar el aprendizaje en futbolistas es una inversión del entrenador muy rentable a largo plazo en el rendimiento individual y colectivo
Vivimos en una sociedad que castiga el error constantemente. Fallar es malo y eso nos inculcan desde que vamos al colegio, donde aquellos que fallan son poco a poco rechazados.
El fracaso es profundamente negativo, algo de lo que debemos avergonzarnos y por otro lado, reprocharnos unos a otros.
El fútbol no es ajeno a esto, y desgraciadamente son muchos los entrenadores que vociferan cada vez que un jugador se equivoca en un partido o peor aún, durante un entrenamiento, sin entender que el jugador no falla a propósito, sino que es parte del aprendizaje.
Paradójicamente el fallo supone un punto clave en el aprendizaje de cualquier habilidad y más en las habilidades motoras como ocurre en los deportes.
Para analizar más a fondo el tema del fracaso y del error, tomaremos como referencia un libro que habla muy bien sobre el, Pensamiento Caja Negra, de Mathew Syed, donde, parafraseando al propio autor, redefiniendo el fracaso podremos desencadenar el progreso, la creatividad y la resistencia.
En este libro se analiza a fondo que papel tiene el fracaso y el error en nuestra sociedad y más aún como este, se puede ver desde dos puntos de vista: que nos quedemos siempre en el mismo ciclo sin avanzar o ver el fracaso como un aprendizaje y un camino hacia la evolución.
Los ciclos cerrados y ciclos abiertos
El autor expone dos tipos de conceptos que nos suelen ocurrir a la hora de gestionar el fracaso:
- Ciclos cerrados: es aquel en el que el fracaso no conlleva progreso porque la información sobre los errores y las debilidades se malinterpreta o se pasa por alto.
- Ciclos abiertos: conlleva progreso porque la información sobre los errores se procesa racionalmente.
Este tipo de ciclos se puede ver claramente en varios ámbitos de nuestra sociedad. Un ejemplo de ciclos cerrados los podemos encontrar en la medicina o la justicia, donde las negligencias médicas o las condenas erróneas se ven como parte inherente del sistema, es decir como producto del buen funcionamiento de este, sin preguntarse si las metodologías utilizadas son válidas o no, puesto que pocas veces se cuestionan o se ponen en duda, a pesar de los miles y errores que se cometen todos los años.
Un ejemplo contrario a esto es la aviación, donde este sector, es uno de los más seguros a nivel de transporte, ya que a lo largo de su historia ha introducido cambios y ha ido evolucionando, precisamente gracias al error y al fracaso. Los errores en la aviación se pagan con vidas humanas, por lo que el análisis, el entendimiento del error por parte de sistemas tecnológicos o humanos en accidentes de avión, ha supuesto una constante mejora de la seguridad en la aviación.
En el fútbol, los casos no son extremos, puesto que no jugamos con vidas humanas, pero si nos puede dar un indicio de por donde queremos ir.
Hasta hace unas décadas el fútbol se encontraba en un ciclo cerrado, donde los métodos entrenamiento eran muy cerrados y tomados de otras disciplinas. Sin embargo en los último años, la brecha entre aquellos que están sabiendo aprender de sus errores como un medio para evolucionar constantemente, son aquellos modelos exitosos. Un ejemplo de esto lo tenemos en entrenadores y modelos como lo de Guadional, Mouriño, Zidane, que han apostado por métodos de trabajo diferentes a los hechos hasta ahora.
Sin embargo, en el fútbol semiprofesional o de formación, estos ciclos cerrados de aprendizaje siguen siendo la tónica habitual, partiendo de entrenadores que no se cuestionan sus métodos o escuelas y clubes que tampoco analizan en que están fracasando sus métodos.
El entrenamiento es la manera más rápida de evolucionar
En el libro se explica de forma gráfica porque la experiencia es relativa y funciona mejor en unos casos que en otros, y porque en algunas profesiones la experiencia de uno o dos años es muy enriquecedora y en otras 10 no suponen grandes avances.
El autor, nos pide que nos pongamos en la piel de un golfista lanzando bolas. Estas concentrado y cada vez que golpeas en una dirección errónea ajustas la técnica para ser más preciso. Es un proceso de ensayo error.
En lugar de practicar a la luz del día, lo haces en una noche oscura. En estas circunstancias podrías golpear de la misma manera durante 10.000 años sin mejorar, ya que no sabes donde ha caído la bola de golf. Esto resume la experiencia de los jugadores.
En vista de este ejemplo podemos entender porque los modelos que éxito que presentamos antes (Guardiola o Zidane) han cosechado estos éxitos con tan poca experiencia entrenando, y tal vez la explicación se deba a esto, viven en un contexto en el cual el feedback de lo que se hace o se aplica es inmediato y son capaces de aprender muy rápido del error y proponer soluciones para seguir evolucionando y aprendiendo.
Lo curioso es que todos los entrenadores de fútbol viven en este contexto pero no todos lo aprovechan. Como hemos explicado anteriormente todo depende de la mentalidad con la que mires tu realidad ¿Perteneces a un ciclo cerrado o abierto?
El entrenamiento como método de ensayo y error
El entrenamiento constituye el espacio donde el jugador deberá experimentar y aprender de sus propios errores. Desde nuestra perspectiva de entrenadores deberíamos plantear situaciones en las que los jugadores experimenten situaciones con mucha variabilidad y con dificultad creciente, donde tengan que resolver problemas similares a los que se pueden encontrar en la competición. Estas situaciones, como expone el maestro Seiru-lo, deben estar adaptadas al jugador y ver como la competición afecta a jugador.
A través del entrenamiento se busca una auto – estructuración del individuo a través de diversos elementos que el profesor enumera como:
- Instauración de habilidades técnico-táctica
- Observación del impacto de la competición ocasiona en el jugador.
- Constante adquisición de nuevos conocimientos del jugador sobre el juego. Debe ser el jugador el que aprenda y evolucione y no el entrenador y su modelo de juego, es el jugador el que debe conocer el modelo de juego y adaptarlo a este.
- Formación de la propia imagen social
El entrenador debe observar el proceso individual del jugador, desde el propio individuo no desde el modelo de juego o la competición. Esto muchas veces provoca que la medición o la valoración de los errores sea equivocada, ya que se esta evaluando las acciones de los jugadores con un estándar y no con la propia evolución del jugador lo que frustra y desencadena la condena por los errores cometidos.
Seiru-lo aboga por un nuevo paradigma donde el nivel de evaluación sea el propio jugador y su auto-organización, lo que provocará que sobre todo en etapas de formación, se prime el proceso y la ejecución por encima del resultado. La gran motivación debe ser hacerlo bien y después asociar con las consecuencias y los resultados.
Podemos ver entonces que el entrenamiento supone una vía de trabajo muy enriquecedora donde provocar situaciones donde los jugadores fallen constantemente, y donde el entrenador sea capaz de dar feecback y enseñar tras el error que es donde este jugador será capaz de afinar y mejorar sus acciones del deporte.
Volviendo al ejemplo del golf, donde el jugador puede realizar golpeos con luz o oscuridad y su experiencia y evolución será totalmente diferente, en nuestro caso dentro de entrenamientos de fútbol, seremos nosotros como entrenadores, quienes seamos la luz o la oscuridad, con nuestra propuesta de tareas o el feedback y enseñanzas que le demos a nuestros jugadores.
Si castigamos el error, gritamos y suprimimos acciones que no nos gustan, estaremos cubriendo de oscuridad la experiencia, ya que ese jugador no será capaz de saber en que ha fallado y no sabrá como mejorar y evolucionar. Por otro lado explicando y dejando que fallen para que sean ellos mismos con nuestra ayuda, quienes evolucionen tras los fallos estaremos arrojando luz sobre su experiencia y sin duda la evolución del jugador será mucho mas rápida.
Resumen
Fallar y fracasar es parte del proceso formativo. Debemos ser capaces de aplicar un ciclo de aprendizaje abierto, donde tanto los fallos de los jugadores, la perdida de partidos o campeonatos o los descensos sean estimulantes del aprendizaje y la evolución.
Se trata de aplicar un método de ensayo error donde seamos capaces de definir que es lo que esta fallando para poder darle solución y mejorar exponencialmente.
Así que date prisa y falla (Hurry up and fail!).