Los juegos reducidos se antojan clave en el trabajo semanal hacia la construcción de un modelo de juego y el desarrollo táctico y técnico de los futbolistas
La introducción de corrientes nuevas dentro del fútbol y puntos de vista alternativos han sido los detonantes que en los últimos años la preparación física dentro del fútbol haya experimentado grandes cambios en la forma de trabajar de preparadores físicos y entrenadores.
La periodización táctica de Víctor Frade o la Revolución en el Barsa llevada a cabo por Paco Seirulo, han sido dos puntos de vista que han cambiado la concepción acerca de como plantear la preparación de los equipos de fútbol.
Debemos entender que el fútbol es un deporte complejo en donde existen e interactúan una gran cantidad de elementos complejos, y que Tamatit (2013) enumera como:
- Tácticos
- Técnicos
- Físicos
- Psicológicos
- Estratégicos
De esta manera, asumiendo que estos conceptos interactúan y son parte inherente del deporte, deberemos tenerlos en cuenta a la hora de planificar y ejecutar el propio entrenamiento y poner en cuestión la validez y fiabilidad de los entrenamientos clásicos que se venían realizando en la preparación física en fútbol a través de carreras propias de atletismo o levantamientos de halterofilia.
Estos entrenamiento clásico, pertenecen a un paradigma antiguo que no toma en consideración la interacción de los elementos que componen el fútbol sino que los divide y los trabaja de forma separada, asumiendo que 1+1 son 2, pero sin tener en cuenta que esta matemática en este tipo de deportes no puede ser aplicada.
Este paradigma ha sido el dominante a la hora de programar aquellos deportes colectivos en los que, el trabajo de fuerza y resistencia han sido trabajados de manera analítica, tomando como referencia disciplinas como halterofilia o atletismo.
Si bien la lógica no es equivocada, tenemos que entender que existen más factores que afectan a la capacidades físicas del futbolista, y que estas capacidades se verán manifestadas dentro de un contexto determinado como son las acciones propias del fútbol. Trabajar las habilidades que se manifiestan en fútbol de manera separada, sin tener en cuenta el propio deporte parece un error. Conseguir fuerza máxima en un futbolista, no tiene transferencia alguna si el futbolista no es capaz de aplicar la fuerza necesaria y en timing exacto para rematar un balón de cabeza.
Nuevas corrientes como las mencionadas anteriormente han abogado por el trabajo global y especifico del contexto en el que se realiza el deporte. Esto quiere decir, que el entrenamiento debe estar orientado a la especificad del deporte y se deben tener en cuenta aquellos factores técnicos, tácticos y psicológicos en conjunción con los físicos.
El ejemplo más claro a la hora de llevar a cabo esta metodología dentro del entrenamiento han sido los juegos reducidos, que han cobrado protagonismo dentro del entrenamiento de fútbol en los últimos diez años.
Estos juegos tienen como objetivo trabajar en especificad y con una metodología global que integre los factores que enumeramos anteriormente, y lo hace mediante tareas que incluyen todos los elementos propios del fútbol. En estas acciones, los futbolistas experimentan situaciones parecidas a la competición.
Este tipo de trabajo son los clásicos rondós, posesiones, ataques a portería que se han trabajado siempre desde un aspecto técnico-táctico, sin tener en cuenta que aportaciones podían tener al trabajo condicional del jugador. Por esto, desde una perspectiva global y entendiendo que estas capacidades se manifiestan en todos los contextos, no tiene sentido dividir entrenamiento condicional y táctico, si desde una misma tarea podemos orientar el trabajo hacia el objetivo deseado.
Esto ha hecho que muchos entrenadores se lancen a la piscina y han apostado todo a trabajar con estos juegos como método para el desarrollo de la condición física. Si bien desde un punto de vista tiene sentido, debemos saber que para que el proceso este completo debemos tener en cuenta la competición y por tanto la modelación y programación de este tipo de juegos en el entrenamiento, debe estar enfocado a esta misma. Una vez más, deberá ser tenido en cuenta el contexto donde trabajamos, siendo la formación, como el rendimiento diferentes y que deben ser tenidos en cuenta, pero que no difieren en el objetivo común: conseguir un trabajo global de nuestros jugadores a través de estas tareas.
A continuación expondremos los aspectos que debemos tener en cuenta a la hora de programar este tipo de tareas dentro del entrenamiento.
A nivel general, y basándonos en Little (2009) podemos considerar que para construir juegos reducidos debemos tener en cuenta los siguientes aspectos:
– El numero de jugadores
– Número de equipos
– Dimensiones del espacio
– Sistema de juego
– La presencia de porteros
– La fase del juego (posesión, presión tras perdida…)
Estos aspectos determinaran que tipo de situaciones podemos platear dentro del entrenamiento. Para saber que tipo de situaciones queremos llevar a cabo en el entrenamientos, tenemos que determinar que objetivo es el que queremos priorizar, es decir si nuestro objetivo es condicional o si es técnico-táctico enfocado a la competición.
Condicional
Comenzaremos basándonos en aspectos condicionales sobre los objetivos tácticos, para poder programar de manera correcta estas tareas a lo largo de la semana de trabajo. Una vez tengamos las tareas ordenadas en función de los aspectos condicionales, añadiremos los aspectos técnico-tácticos.
A nivel condicional muchos estudios evidencia como el trabajo con juegos reducidos trabaja la condición física del futbolista, siendo así un buen método a la hora de trabajar las capacidades condicionales del jugador (estudio, estudio, estudio).
Para comenzar a estructurar los juegos reducidos debemos tener en cuenta el tipo de capacidad que predomina en cada una de ellas (alactica, láctico, aeróbico o anaeróbico). Estas capacidades no aparecen de forma aislada sino que se aparecen de manera conjunta, pero lo harán con mayor predominancia unas sobre otras, en función del tipo de tarea planteada.
Tomando como referencia a Tamatit y las tareas planteadas por Clemente y Mendes (2015), expondremos los tres grande grupos de juegos reducidos que podemos plantear a lo largo de la semana de trabajo
Trabajo de la vía anaeróbico aláctica
Estas tareas se caracterizan por tener:
- Espacio Reducido
- Pocos Jugadores
- Poco Tiempo
- Poca recuperación
- Énfasis en la fuerza especifica
- Alta tensión de contracción máxima
- Contracciones excéntricas
Trabajo de vía aeróbica
Estas tareas se caracterizan por tener:
- Espacios Amplios
- Mayor numero de jugadores
- Mayor Tiempo
- Mayor Recuperación
- Mayor requerimiento de la capacidad aeróbica
Trabajo de Velocidad
Estas tareas se caracterizan por tener:
- Mucho espacio
- Poco tiempo
- Pocos jugadores
- Muchas repeticiones
Tareas técnico – tácticas
Una vez estructurada la semana de trabajo en función del tipo de capacidades que queremos trabajar y teniendo siempre en cuenta el ratio competición-recuperación, el siguiente nivel será dotar a los juegos propuestos anteriormente, con aspectos técnicos tácticos destinados a mejorar aspectos propios de la competición.
Para este aspecto debemos tener en cuenta varios factores que harán a nuestros juegos reducidos más específicos. El tener en cuenta estos factores, determinará el grado de especificidad que le demos a estos juegos con respecto a nuestro equipo, haciendo así que una tarea sea meramente condicional a dotarla de sentido de cara a la competición.
Las zonas en las que se realizan las tareas
En función de si nuestro objetivo es trabajar circulación de balón en medio campo o la circulación de balón cerca del área, deberemos trabajar las tareas descritas anteriormente en las zonas específicas del campo de juego.
De esta manera si el objetivo es potenciar la circulación de balón en medio campo, las tareas de juego reducido deberán estar situadas en espacios medios del campo, y no en una esquina cerca del córner. Estudiar la realidad, es decir el tipo de juego que hace nuestro equipo y el tipo de juego que queremos que haga en ciertas zonas del campo determinará esta situación.
Inclusión de porteros
La inclusión de porteros es un detalle que muchas veces marca la diferencia en este tipo de tareas. Incluir a dos porteros en tareas que se realicen en el medio del campo no tendrá demasiada transferencia a la realidad, pero si la tendrá si estas tareas están enfocadas a trabajar las posesiones y finalizaciones cerca del área o las salidas de balón desde la defensa, donde los porteros juegan un papel importante.
Los modelos de juego y sistemas de juego
Por otro lado, las tareas de juego reducido deberán estar basadas en el modelo de juego de nuestro equipo, intentando que estas situaciones de juego se acerquen a la realidad que el futbolista se encontrara en la competición.
Por ejemplo, si nuestra intención para un partido en concreto, es que el juego de ataque se finalicé por la banda derecha, en los entrenamientos, debemos plantear tareas a través de los juegos reducidos, en las que se den este tipo de comportamientos constantemente, facilitando que aparezcan este tipo de acciones, y así poder dotar de herramientas a los jugadores para que la reproduzcan en el partido.
Intensidad emocional
Acerca de este aspecto hablaremos en otros artículos, entrando mas de lleno en como programar a corto y a largo plazo la inclusión de estas actividades a lo largo de la temporada. Tenemos que tener en cuenta que este tipo de tareas demandan altas dosis de concentración y desgaste emocional al futbolista, por lo que deberemos ser capaces de detectar cuando los jugadores están quemados o no están del todo concentrados para cambiar a otras tareas menos demandantes a nivel emocional.
Resumen
- Los juegos reducidos parecen ser una buena opción para trabajar de forma especifica la preparación física en fútbol, siempre sin olvidarnos de la prevención, tan necesaria para evitar compensaciones propias del deporte.
- A nivel condicional, las tareas de juego reducido parecen mostrar los mismo resultados que tareas analíticas como correr sin balón, sumando además otras ventajas como el trabajo global.
- A nivel técnico –táctico nos aporta especificad en cuanto a lo que los jugadores se encontraran en la competición.
- Resultan más motivantes y dinámicas para el futbolista.
- Las tareas deben estar basadas en las características del equipo y en nuestro modelo juego.