Hacemos un repaso a las 3 lesiones más comunes en los futbolistas
Para un deportista hay pocas cosas peores que lesionarse. El fantasma de una lesión o recaída persigue al futbolista durante toda su carrera deportiva.
Antiguamente, se tenía la creencia que los factores que separaban a los futbolistas de hormigón indestructible frente a los de cristal, era la genética y la mala suerte.
A día de hoy, ya existen demasiados estudios sobre la materia, como para poder preparar una competición dejando que, la suerte o la constitución del futbolista, determinen si estará apto para la competición del fin de semana.
En la cultura occidental, donde hemos sido inculcados en poner solución a los problemas una vez aparezcan; nos hemos especializado en tratamiento de lesiones graves para conseguir épicas vueltas a los terrenos de juego en tiempos record.
Sin embargo, desde Efficientfooball, dónde somos “El fútbol que se estudia”. Preferimos instaurarnos en esté área dentro de la ética de trabajo de cultura oriental: Prevenir mejor que curar.
Por eso, nosotros creemos que el trabajo complementario, para la prevención de lesiones, es la llave para que un futbolista pueda optar a estar en condiciones óptimas de competición durante toda la temporada.
Pese a esto, el fútbol es sin duda, por su naturaleza y práctica, una de las disciplinas deportivas más lesivas. Y no siempre es posible prevenir cualquier tipo de acción lesiva que pueda producirse en una situación de juego.
Basado en varios estudios, la lista de lesiones más comunes que pueden producirse en la disciplina de fútbol serían los siguientes:
1- Ligamentos Cruzado
Tal vez la lesión más temida en futbolistas. Una lesión que implica grandes periodos de tiempo fuera del terreno de juego y que implica consecuencias graves de retorno en el jugador.
La lesión de ligamento cruzado anterior (LCA) afecta en gran medida a jóvenes deportistas entre los 15 y los 25 años, existiendo mayor riesgo de lesión en jugadores de fútbol y de rugby, independientemente de la categoría y del sexo (Beynnon et al., 2014).
Aproximadamente el 30% de las lesiones de LCA resultan de un contacto directo, por lo que el 70% se producen por no contacto(Griffin et al., 2001). La mayoría de este tipo de lesiones se producen en actividades deportivas que incluyen deceleración, pivotajes y recepciones de saltos fuera de control (Alentorn-Geli et al., 2009a).
La lesión de LCA es una de las lesiones que más se pueden prevenir con programas preventivos específicos. Incluso, tal vez, puede ser que sea una de las lesiones más estudiadas. En este articulo te detallamos diferentes estudios que han evaluado las mejores estrategias para prevenir esta lesión.
Haciendo un resumen, implicaría fortalecer la zona media (core), activar correctamente glúteos y musculatura de cadera, controlar la dorsiflexión de tobillo y controlar correctamente los patrones motores.
Por otro lado, la fase final de la recuperación es obligatoria que se haga de manera correcta. Es decir volviendo a poner a punto todos estos elementos que mencionamos anteriormente. Por eso, tras la rehabilitación con el fisioterapeuta, es recomendable realizar un periodo de reacondicionamiento de la musculatura estabilizadora de la rodilla, de la movilidad y de los patrones de movimiento más comunes en fútbol.
En nuestros programas de entrenamiento encontrarás todos estos elementos, tanto para prevenir, como para recuperarte o si has sufrido esta lesión en el pasado.
2- Esguinces de tobillo
Históricamente, el esguince de tobillo en el fútbol profesional es la lesión más común ( alrededor de un 30% de todas las lesiones). Aunque los recientes estudios apuntan a tan solo un 15% de las lesiones producidas en futbolistas.
Además, las recaídas de la lesión van entorno a un 4-29% de los futbolistas que lo han sufrido alguna vez. Este porcentaje se traduce en términos de tiempo perdido de entre 16 y 24 días de baja por esguince de tobillo, llegando incluso a 28 días las lesiones más severas.
Por tanto, un entendimiento de porque se produce la lesión, sobre todo la del ligamento lateral, que es la que mayor numero de casos presenta en el esguince de tobillo, y un correcto plan preventivo pueden hacer que esta lesión se dé menos en el futbolista y por tanto, su rendimiento no se ve mermado por un parón de entrenamiento, pudiendo realizar una temporada regular lo que favorece a su desarrollo.
Además las lesiones de tobillo presentan un problema a mayores. La recaída o las malas recuperación puede producir futuras lesiones, limitación de la movilidad del tobillo o incluso cambios en el patrón motor. Esto se puede traducir en lesiones recurrentes en el tobillo, lesiones más graves en las rodillas (LCA por ejemplo) o empeoramiento de la carrera.
La última fase de la recuperación es fundamental en esta lesión, donde la mejora de la movilidad del tobillo, la ganancia de fuerza excéntrica o la correcta coordinación de la musculatura de la cadera que mantenga estable a esta articulación, serán ingredientes que todo programa de entrenamiento preventivo y recuperador debe tener.
3- Pubalgia, dolor de pubis.
El típico dolor en el pubis al golpear es algo que muchos jugadores experimentan. Esto puede ser de corta o de larga duración, pero en muchos casos es una lesión que se agrava con el tiempo, ya que no se tiende ni a parar ni a fortalecer de la manera correcta.
En fútbol representan del 4% al 19% de todas las lesiones que requieren tiempo de recuperación. La mayoría de estudios demuestran la gran incidencia de dolor inguinal en deportistas sometidos a un entrenamiento intensivo y diario en deportes que requieren movimientos explosivos de las extremidades inferiores, aceleraciones rápidas, movimientos de rotación de la columna y la cadera, cambios bruscos de dirección, el gesto repetitivo del chut y los desplazamientos laterales. A nivel élite, del 14% al 17% de todos los jugadores incurren en una lesión en la ingle que causa un parón del futbolista en cada temporada (1) Además los hombres tienen una tasa de lesión 3 veces más alta que las mujeres.
En este sentido, el dolor muchas veces no impide jugar, pero si merma el rendimiento seriamente. Por eso una de las estrategias fundamentales es el fortalecimiento de la musculatura de core, cadera y la correcta movilidad de esta articulación, que permita a la cadera y al pubis trabajar de manera correcta y en consecuencia, que evite el dolor.
Ante este panorama, la prevención y el trabajo complementario se presentan como la mejor arma para evitar lesiones y recaída en el “return to play” de los jugadores. Adaptando siempre nuestra propuesta de trabajo a las necesidades específicas que cada jugador pueda tener.
En plena situación de Covid-19, muchos equipos de fútbol se han tenido que adaptar al nuevos contextos donde los jugadores han tenido que trabajar de forma individual, en base a propuestas que los preparadores físicos proponen (o en muchos casos ni eso, buscándose la vida por internet).
En Efficientfootball tenemos propuesta de entrenamiento adecuada para cada tipo de entrenamiento, basado en un propuesta especifica de ejercicios preventivos y recuperados que cubren una fase fundamental en el fútbol actual. La prevención de lesiones.